La Plaza de Toros de Ronda, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, por su historia y su arquitectura, por su carácter y su belleza está reconocida como una de las más antiguas y una de las más monumentales que existen. La construcción de la plaza duró seis años, y fue inaugurada en 1785 con una corrida de toros en la que actuaron Pedro Romero y Pepe-Hillo.
Concebida en piedra arenisca con un esquema monumental, la nobleza de su traza arquitectónica, con su doble galería de arcadas y la ausencia de tendidos al descubierto, tiene más espíritu de claustro que de recinto para espectáculos. Su ruedo de 66 metros de diámetro está circundado por un callejón formado por dos anillos de piedra. Los tendidos tienen cinco filas de gradas, de dos pisos, con 136 columnas formando 68 arcos de columnas toscanas, salvo la del Palco Real.
El pin representa con gran nivel de detalle esta plaza de toros con una vista aérea. En el centro de la arena aparecen representados un toro y un torero. Los bordes del pin son plateados y está esmaltado a fuego. El calidad de acabado es muy alta. Fue adquirido en Ronda (Málaga) el 9 de julio de 2005.
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